El velatorio
No me queda otra que ir. Acercarme al tanatorio más por obligación que por gusto; cumplir el expediente. A todos nos toca en algún momento. Sin saber por qué, de pronto nos vemos vestidos de negro, elegantes pero con el rostro mustio, pálidos, encaminados a un sitio del que nunca se sale de la misma … Leer más