El viaje de Milunka
Con el petate preparado y la mañana rayando el horizonte, Milunka está lista para empezar su camino. Lo hace sin despedirse de nadie, dando los primeros pasos con seguridad ante…
Un día en la guerra – Parte XII
«Hay dos clases de sacrificios: los correctos y los míos.» Mijaíl Tal La herida del costado sangra demasiado como para no preocuparme. Hace rato ya que no me muevo de…
El perro paco
La algarabía y el jolgorio estallaron dentro del café en cuanto se le vio entrar por la puerta, zalamero como siempre sonriendo a todos los parroquianos que se acodaban en…
Las chicas de la foto
Fue llegar al puesto y verlo, como si estuviese esperando por mí. Era un libro que no destacaba ni por su portada ni por su tamaño, pero era el que…
Una última sonrisa
La dueña de la casa se había despedido de él con la cordialidad habitual, esperando encontrar su elegante figura a la mañana siguiente camino del café donde solía desayunar. No…
Vivimos demasiado bien
La vio por el cristal de la cafetería y supo que estaba de buen humor. Se le notaba, o más bien él, que la conocía bien, se lo notaba. En…
Un día en la guerra – Parte XI
«Con el ajedrez se aprende el hábito de no desanimarse cuando pasamos por un mal momento aparente, el hábito de tener esperanza en cambios favorables y de perseverar en busca…
Un día en la guerra – Parte X
«En una partida de ajedrez a veces juegan más de cuatro caballos.» Savielly Tartakower Que me aspen si entiendo las decisiones de nuestro alto mando. Sin tener la posición afianzada…
Un día en la guerra – Parte IX
«Nunca se ha ganado una partida abandonándola.» Savielly Tartakower Jamás he visto actuar un arcabuz. Me han hablado cientos de veces de cómo funciona, incluso llegué a tener uno en…
La primera piedra
Nadie en la ciudad quiere perderse tan augusto acontecimiento: no todos los días se pone la primera piedra de una catedral. La sociedad salmantina se estratifica alrededor del lugar donde…