fbpx

La foto

Veo la foto muy a menudo, casi todos los días. Es vieja y está algo desenfocada, pero me resulta imposible no mirarla. La guardo dentro de un libro, uno de cuentos infantiles que me regaló mi madre hace muchos años, para resguardarla del paso del tiempo y de dedos sucios que la machaquen.

En ella se ve una calle de fondo, con sus coches pasando, su gente por las aceras y su mediocridad de un día cualquiera de primavera. En el centro, un padre vestido con un horrible polo amarillo y gafas de sol tiene a hombros a su hijo. Y al lado el coche. Ese coche.

Más de treinta muertos y un centenar de heridos en apenas una fracción de segundo; el atentado tuvo que ser verdaderamente horrible.  Me imagino el fuego, el humo, la destrucción… todo instantes después de que se tomase esa fotografía. En la que el hombre del polo y su hijo sonríen a la cámara. Qué horror.

Ambos sobrevivieron, afortunadamente. Tanto el niño como su padre. Pero no deja de encogerme el corazón pensar en lo mal que lo tuvieron que pasar. En lo cerca que les pasó la catástrofe. Como dicen por ahí, cuando te toca ni aunque te quites y cuando no te toca ni aunque te pongas. Y a ninguno de los dos les tocó, pero eso no me quita la congoja de verles ahí, tan contentos, sin saber que en apenas unos instantes sus vidas iban a cambiar para siempre. Porque eso les tuvo que dejar tocados para los restos.

Todo eso pienso cada vez que veo la foto, empatizando con los dos protagonistas que, en primer plano, están a punto de ver la barbarie humana en todo su esplendor. Pero después pienso en la otra persona que es protagonista también de la imagen sin salir en ella. Indirecta, podría decirse. La fotógrafa que inmortalizó el momento. Nadie piensa en que ella también estuvo allí y que el atentado también hizo añicos su vida. Porque la fotógrafa fue una de las víctimas, y sin embargo no consigo empatizar con ella como con el padre y su hijo.

¿Será porque no se le ve la cara? ¿Quizá porque no es la madre del niño que se ve en la foto? Siempre me lo he preguntado al ver la imagen, y me produce una enorme tristeza no poder sentir la misma pena por la fotógrafa que por el padre y el hijo. Sobre todo porque esa foto fue la última que hizo mi madre antes de que aquel atentado acabase con su vida.

 

Foto de portada: ©Pexels

¿Te ha gustado el relato?

Deja tu opinión en un comentario o si lo prefieres cuéntamelo en Twitter o Instagram.

Y si quieres más puedes descargarte mis libros Confinados y Un día en la guerra totalmente gratis en esta misma web.

¡Disfruta de la lectura!

Deja un comentario