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Dieciséis héroes

Esta es la historia de dieciséis héroes de un pequeño pueblo perdido en la llanura castellana. Un pueblo de unos quinientos habitantes, rodeado de terrenos de secano inabarcables a la vista llenos de escarcha en invierno y aire vibrante de calor en verano. Sin sombras ni árboles y con un nombre como Villacoyuyos de abajo o Andrinos del Valdavia. Pues ahí, en ese lugar inhóspito, trabajan, comen, compran, cocinan y, en definitiva, viven, dieciséis héroes.

Todo empezó como suelen empezar estas historias: con la inquebrantable tozudez de alguien. En este caso la de Clorinda. Ella, pasados los cincuenta años, no ha hecho otra cosa en su vida que trabajar. A los seis ya ayudaba a su madre a hacer ovillos de lana; a los doce limpiaba casas, y a los diecisiete entró a trabajar en el comedor del colegio del pueblo. Estudiar estudió poco, por lo que leer, escribir y las cuatro reglas era lo único que recordaba de su paso por las aulas. Y la falta de cultura le suponía un lastre muy pesado como para ignorarlo eternamente.

Ese momento de evaluar qué ha hecho uno con su vida al que toda persona llega al cumplir cierta edad, le llegó a Clorinda al cumplir cincuenta y tres años. Fue entonces cuando la vergüenza de sentirse ignorante se volvió demasiado grande ante sus ojos, obligándole a hacer algo al respecto. Para ello optó por buscar en el lugar más cercano y que consideraba más accesible: la biblioteca del pueblo. No estaba demasiado bien nutrida, pero le valió para recibir el consejo de Elías, el bibliotecario. Gracias a él se reencontró con todos los nombres que recordaba haber escuchado de niña como Quevedo, Lope o Cervantes, para luego acercarse a otros autores y géneros. Pero sobre todo le sirvió para que, gracias a ese primer contacto, se sintiera suficientemente animada como para hablar con los vecinos de sus nuevos descubrimientos.

Por supuesto la mayoría de la gente del pueblo la tomó por una alocada con ínfulas fruto de una crisis de mediana edad. Ya le ha dado como al Eleuterio, el que se cayó por el barranco por esa tontería que le dio por buscar mariposas, decían. Sin embargo, con el tiempo, otros buscadores de conocimiento se fueron revelando ante ella, algunos dándole consejos gracias a años de llevar su vida cultureta en secreto, y otros con ganas de que les mostrase el camino que ella misma acababa de empezar.

Al final Clorinda terminó por hablar con Elías y fundar, en esa desnutrida biblioteca de ese pequeño pueblo perdido en la llanura castellana, un club de lectura en el que unir a todas esas personas que, algunas en voz alta y otras no tanto, habían compartido con ella su hambre de conocimiento. Desde entonces dieciséis héroes se juntan semanalmente para compartir opiniones y sentimientos, conversar sobre ideas propias y ajenas y, en definitiva, demostrar que la cultura es una necesidad que puede brotar hasta en el campo más yermo imaginable.

Foto de portada: ©Pexels

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¡Disfruta de la lectura!

1 comentario en «Dieciséis héroes»

  1. Sigue con tus relatos, porque nos hacen del domingo un día de lecturas interesantes. Que capacidad de invención y además tan interesante.
    Un abrazo

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