Médium

Hay más mundos aparte de este, y mi trabajo es poner en contacto a las personas que están en ellos. Canalizar mi energía para poder llegar desde este hasta el otro y que la comunicación pueda darse. Es complicado, a veces casi imposible, pero suelo lograrlo con bastante frecuencia.

Hay muchas cosas que influyen al abrir el canal de comunicación entre los mundos, pero el elemento más importante es la predisposición no tanto de la persona que acude a mí, sino de la que está al otro lado. En mi despacho, con luces bajas, incienso, sándalo, tranquilidad y silencio es fácil iniciar el proceso. Lo malo es que nunca se sabe lo que puede estar pasando al otro lado. Ahí radica la dificultad de mi trabajo.

Con la práctica y los años he llegado a evolucionar, a desarrollar mi don hasta lograr potenciarlo hasta límites que parecerían mentira. Ahora he conseguido algo casi imposible: conectar al creador con su obra. No me mires así, no me estoy inventando nada. Cientos de autores han requerido mis servicios para conectar con personajes que han creado. Nunca he entendido esa necesidad, ya que normalmente esas conversaciones sólo sirven para que el creador dude y el creado se moleste. Algo parecido a lo que le ocurrió a Unamuno, pero en el mundo real.

Las situaciones que presencio son muchas veces totalmente inesperadas. Al contrario que al conectar a una persona con un familiar fallecido, lo primero que hay que hacer es informar al personaje de que no es otra cosa que el resultado de la imaginación de un demiurgo totalmente desconocido para él, algo que no suelen aceptar de muy buen grado. No quiero ni imaginarme lo que supondría que Dios de pronto me hablase para comentarme algo sobre mi existencia, o incluso preguntarme si algo que me ha ocurrido me parece bien. Es inconcebible.

Todo esto puede parecer una locura, pero lo que nadie sabe es que cuando un creador inicia el desarrollo de un personaje, la idea cobra vida y empieza a formarse en alguna realidad del universo. En ese simple acto de empezar a escribir una descripción ya radica la capacidad de dar vida, una vida que afectará a otros y que puede que hasta cobre sentido por sí misma. Por eso no entiendo esa manía de los autores de venir hasta mí para conectar con su creación. Supongo que el corolario del creador será la duda ante su creación. Por eso necesitan de mis servicios.

Aunque después de verlos preguntar, de observar sus rostros cuando consigo establecer la comunicación, me pregunto si todo esto no será resultado del egoísmo del creador que necesita reafirmarse; una forma de satisfacer un ego ilimitado que de otra manera se les pudriría en el pecho.

Foto de portada: ©Pexels